miércoles, 28 de noviembre de 2012

Retrato de Antoine-Laurent Lavoisier y su esposa


Retrato de Antoine-Laurent Lavoisier y su esposa
Autor: Jacques Louis David
Año: 1788
Colección: Metropolitan Museum of Art de Nueva York
Características: 2,86 x 2,24 m
Material: Óleo sobre lienzo

Éste fue para David su primer gran ejemplo del nuevo tipo de retrato burgués de la época. En un cuadro de grandes dimensiones, los esposos Lavoisier muestran su intimidad ataviados rigurosamente con ropas propias del Tercer Estado. Una intimidad en la que queda patente el mérito social de Lavoisier, su trabajo como científico  De esta manera, el trabajo por el bien público y las bondades de la vida privada se identifican. La naturalidad del gesto y el comportamiento de los esposos era un valor a representar que no carecía de importancia. Otros valores no menos importantes se designaban a través de la perfecta ecuación trazada entre la corrección formal clásica que se desprende de la pintura y el verismo objetivista con que están descritos los personajes y los objetos, y el acabado perfecto de la pintura.
La crítica contemporánea ha insistido en plantear sobre la obra una visión propia de los estudios de género. Albert Boime considera que David redujo a la señora Lavoisier a ejercer un papel meramente doméstico, cuando en realidad, era una mujer de gran cultura y dotes para el trabajo intelectual. Por otra parte, Antoine Schnapper, ha recordado que la pintura fue encargada por la propia señora Lavoisier como un homenaje a su marido. Tal vez David no hace otra cosa que aceptar el lugar que la herencia del pensamiento ilustrado y la ascendente sociedad burguesa decidieron otorgarles a las mujeres.
Todo eso resulta decepcionante para muchos comentaristas actuales. A pesar de ello, el papel de las mujeres en la pintura de David merece ser analizado por su peculiaridad con respecto a la de muchos de sus contemporáneos.


martes, 6 de noviembre de 2012

Jacques-Louis David

Autorretrato (1791)

Hablar de Jacques-Louis David es hablar de la Revolución francesa. Nunca un artista había contribuido como lo hizo él a un cambio tan profundo en las mentalidades de sus contemporáneos. David se encontraba en el mejor momento de su producción, con cincuenta y un años, cuando moría el Antiguo Régimen (o Ancien Régime, como lo denominara Mirabeau en 1790), y nacía la sociedad liberal burguesa, cuyos presupuestos han pervivido, transformándose, hasta ahora. Considerado como el máximo exponente del Neoclasicismo y padre del academicismo del siglo XIX, lo cierto es que su obra va mucho más allá de todo eso. Pintor de indiscutible calidad y con fuertes convicciones políticas, mostró a lo largo de su vida una habilidad admirable para sortear los peligros de la Francia del siglo XVIII, situándose oportunamente bajo la protección del poder establecido y sirviendo a su causa con toda la fuerza de su arte. Quizá es por eso que algunas veces se le ha considerado casi como un advenedizo carente de escrúpulos, oportunista y arrogante, llegando a hacer sentir a algunos estudiosos del artista, incómodos con algunas aparentes contradicciones biográficas del pintor o con algunos de sus gestos y afirmaciones. Por el contrario, muchos documentos de la época hablan de un hombre sincero, cálido, intenso.
Jacques-Louis David nace en París, en 1748, de padre comerciante y madre de ascendencia artística, aunque de forma indirecta, pues su abuela era prima del pintor francés más famoso del momento, François Boucher, quien rehusó acoger al joven David como alumno, dada su avanzada edad, pero les recomendó a sus familiares que lo inscribiesen  en el taller de Vien. Además, David tuvo la suerte de que dos de sus tíos, Jacques Buron y François Desmaisons, lo introdujeran en los ambientes culturales parisinos, a los que ellos tenían acceso, y donde se relacionaban con gente influyente. En las décadas de 1760 y 1770 no era frecuente que un aprendiz de pintor se moviera en esos círculos sociales.
En cuatro ocasiones, una de ellas con huelga de hambre incluida, intentó Jacques-Louis David ganar el premio Roma, y de esta manera poder alcanzar lo que todo joven artista deseaba en aquellos tiempos: estudiar en Italia. En 1775 su sueño se hace realidad, siendo ese viaje decisivo en la adopción de su estilo clásico. Su estancia en Roma se prolongó durante cinco años. Frente al gentil expresivismo rococó, el neoclasicismo de Vien y de la escuela severa, postuló de nuevo el sistema de Le Brun. La pintura de historia se configuraba mediante modelos estereotipados en sus expresiones. David suprimirá de un plumazo, en su búsqueda de un efecto de realidad impactante, la norma mediante la cual los personajes de la pintura de historia debían parecer delicados y nobles, pues en definitiva, era poco verosímil y poco acompasada con la intensidad de la escena relatada. De la misma manera, David sustituyó el amanerado y retórico recetario expresivo, por el gesto, es decir, por una cualidad representativa lo más cercana posible a la expresión real. En este terreno, todas estas transformaciones desarrolladas por el genio artístico del pintor habrían de ser muy significativas en la pintura clásica, aunque con el paso del tiempo el propio David elaborará un registro expresivo que acabará siendo algo convencional.
A su vuelta a París consigue éxito y fortuna, pues ingresó en la Real Academia de Pintura y Escultura, gracias a la obra "Belisario pidiendo limosna" -aunque su verdadero título es "Belisario reconocido por un soldado suyo en el momento en que una mujer le da limosna"- y le permitieron alojarse en el Louvre, un privilegio antiguo y muy deseado por los grandes artistas. Además, se casó con Marguerite Charlotte, hija del contratista de los aposentos reales M. Pecol, lo que le aportará dinero y cuatro hijos. El gobierno le encargó que pintase "Horacio defendido por su padre", y David decide que, para pintar romanos, debe volver a Roma, adonde se traslada con su esposa y tres de sus alumnos.
En Roma pintaría su famoso "El juramento de los Horacios", cuyo tema y motivos se repetirían en obras posteriores, como "El juramento del Juego de la Pelota" (en estas dos pinturas se habla del auto-sacrificio masculino por el propio país y el patriotismo), y la "Distribución de las Águilas" (el tema de este cuadro es el auto-sacrificio por el emperador -Napoleón- y la importancia de la gloria obtenida en el campo de batalla).
En 1787, le denegaron a David el puesto de Director de la Academia Francesa en Roma. Se alegaba que el pintor era aún demasiado joven. Quizá fuera ése el motivo por el cual, en años posteriores, el pintor arremetería contra la Academia.
En ese mismo año, y precisamente en el salón de la Academia, el pintor muestra su célebre "Muerte de Sócrates", el cual está en la mazmorra de una prisión rodeado de los suyos, manteniendo la compostura, y extendiendo el brazo para coger la copa que contiene el veneno, mientras pronuncia su último discurso. Es muy evidente, en esta pintura  la influencia de Poussin. El nutrido grupo de personajes que en ella aparece puede dividirse en dos. Por un lado los que muestran la desesperación ante lo que están viviendo, y los que mantienen su presencia noble ante la adversidad. Estos últimos son los filósofos Critón, Platón y el propio Sócrates. La pintura que elogiaba las virtudes del individuo ético, estaba muy en consonancia con las ideas políticas de la época.
El próximo cuadro que David presentó en el salón de la Academia, con la Revolución ya en marcha, llevaba el largo título de "Junio Bruto, primer cónsul, de vuelta a su casa tras haber condenado a sus dos hijos que se habían aliado con los Tarquinios y conspirado contra la libertad de Roma; los lictores traen los cuerpos para que puedan ser enterrados", más conocido como "Los lictores llevan a Bruto el cuerpo de sus hijos". La historia de Bruto servía para mostrar a unos protagonistas, auténticos o legendarios -eso no era importante en ese momento- de un momento oscuro aún hoy en día: el paso de la monarquía a la república en la Roma clásica. Al propiciar por su acción personal tal cambio histórico, Bruto se había conducido con un encomiable valor personal y una entrega especial a la causa pública. Una vez más, el sacrificio personal era el tema principal del cuadro, un asunto inmejorable para la pintura de ejemplo de virtudes, y David no dudó en introducirse en ella.
La Revolución había empezado y Jacques-Louis David la apoyaba desde 1790, convirtiéndose en jacobino, y votando en la Asamblea Nacional a favor de la ejecución de Luis XVI, lo que le costó el divorcio de su esposa, que era partidaria de la monarquía. No se sabe con certeza el porqué de esta decisión, pues sin duda tendría más oportunidades como pintor bajo la protección de un rey que con el nuevo orden. Algunos estudiosos sugieren que su amor por lo clásico le hizo adoptar todo lo que viniera de aquel período, incluso un gobierno republicano. Los que le conocieron sostienen que fue su ardor generoso, su benevolente y algunas veces fanático entusiasmo y su alto idealismo, los que motivaron sus decisiones políticas en ese momento.
Fue entonces que con sus críticas contra la Academia Real de Pintura y Escultura, consiguió que la Asamblea Nacional ordenara que se hicieran cambios en la institución para que se acomodara a los nuevos tiempos. También se vio mezclado en asuntos políticos.  El 20 de junio de 1790 se celebró el aniversario del primer acto de rebeldía contra el rey, el Juramento del Juego de Pelota, y David se encontraba presente. Los Jacobinos decidieron encargar al pintor que plasmara el momento en una pintura, algo necesario para inmortalizar la idea de revolución e instalarla en la conciencia de los ciudadanos. David tuvo acabado el dibujo previo en la primavera de 1791, pero la pintura nunca llegaría a terminarse por completo, debido a su colosal tamaño (10'67x10'97 m.) y también porque las personas que debían aparecer en el cuadro fueron desapareciendo durante el reinado del terror.Otros servicios de David a la república fueron organizar el entierro de Voltaire en el Panteón, así como muchas celebraciones para los mártires que murieron en combate contra los realistas (los partidarios de la monarquía), funerales que recordaban a las fiestas religiosas de los griegos y los romanos, y que muchos veían como saturnales y, por tanto, fiestas paganas.
"La muerte de Marat" fue la primera obra acabada durante la revolución que se conserva, aunque no fue la primera que terminó durante ese período de tiempo. La primera fue "Le Peletier asesinado", pero fue destruida por la hija de Peletier que era realista. Marat, periodista, parlamentario revolucionario, uno de los impulsores del Terror y amigo de David fue asesinado el 13 de julio de 1793 por Carlota Corday, y enterrado en el Panteón. El pintor volvió a organizar un funeral espectacular. Tuvo que trabajar en la pintura con rapidez pero el resultado fue una imagen simple y a la vez poderosa. Pocos meses después Robespierre caería en desgracia, fue guillotinado y el reinado del Terror, que había acabado con la vida de miles de personas, por fin terminó.
Se entró así en la última fase de la Revolución francesa, el Directorio, y con él se volvió hacia posiciones más liberales que las que había impuesto el ala más extremista de los Jacobinos. Esto supuso el arresto y encarcelamiento del pintor. David renegó de Robespierre en público y eso le salvó la vida, pero comenzaría un calvario thermidoriano que habría de durar dos años, teniéndo que defenderse de las acusaciones de "terrorista" ante los jueces. Toda esta tortura vivida por David le suscitó un íntimo sentimiento: identificarse a sí mismo única y exclusivamente como artista. Comenzaría así un cambio decisivo en su trayectoria vital y en su devenir artístico. En la cárcel, David pinta su autorretrato, más joven de lo que era en realidad, un retrato de su carcelero y concibe la idea de "El rapto de las sabinas", después de una visita de su mujer  La obra que en realidad narra un momento posterior al rapto, cuando las sabinas se interponen entre los combatientes, y los fuerzan así a detener el combate y posteriormente a declarar la paz, se cree que la pintó en honor a su esposa, con el tema del amor que prevalece sobre el conflicto. La obra fue entendida como una llamada del pintor en favor de la reconciliación entre los franceses. Cuando por fin, David sale de la cárcel y queda libre de todas las acusaciones, se vuelve a casar con su esposa y se retira de la política.
El Directorio, para contener de nuevo a los Jacobinos que habían vencido en las elecciones, recurre a un golpe de estado militar, y Napoleón Bonaparte es el encargado de llevarlo a cabo. El General Bonaparte que en esos momentos tiene un gran prestigio, apoyado por algunos políticos decide disolver el Directorio en 1799, y proclama un nuevo régimen: el Consulado, siendo elegido Primer cónsul y poco después, Cónsul vitalicio con derecho hereditario  Los ideales revolucionarios, democráticos y descristianizadores fueron abandonados. Después del golpe del 17 y 18 de brumario, la Revolución había terminado.
David, por el cual Napoleón sentía gran simpatía, fue nombrado inmediatamente consejero artístico del Primer Cónsul y del ministro del Interior, Luciano Bonaparte, y recibió el encargo de conmemorar el audaz cruce de los Alpes de Napoleón. El paso de San Bernardo permitió a los franceses sorprender al ejército austriaco y obtener la victoria en la batalla de Marengo el 14 de junio de 1800. Jacques-Louis David pinta "Bonaparte cruzando los Alpes". Al proclamarse Napoleón emperador en 1804, David se convierte en el pintor oficial del régimen.
Otra de las obras más importantes que realizó el pintor en esta época fue "La coronación del Emperador y la Emperatriz". Se le permitió ver el acontecimiento, en la catedral de Notre Damme y para el desarrollo de la obra, pidió que le llevaran los planos del edificio y algunos de los participantes en la ceremonia posaron para él, pero no Napoleón, del cual sólo consiguió un posado en 1797. Sí que posaron para él la emperatriz Josefina, su hermana Carolina Murat e incluso el Papa.
Cuando en 1814, Napoleón fue derrotado, y los Borbones regresaron al poder, David volvió a estar en la cuerda floja, pues fue puesto en la lista de revolucionarios y bonapartistas, por su participación en los hechos revolucionarios. El nuevo rey, sin embargo, lo amnistió y le ofreció un cargo en la corte. Sin embargo, el pintor prefirió exiliarse en Bruselas (Bélgica). Su última gran obra fue "Marte desarmado por Venus y las Gracias". La empezó en 1822 y la terminó un año antes de su muerte. No deja de ser significativo que el tema de ésta, su última obra, fuera la victoria del Amor y la Belleza sobre el dios de la guerra.
El 29 de diciembre de 1825, al salir del teatro fue golpeado por un carruaje y murió más tarde. Debido a sus implicaciones políticas durante la Revolución, no se permitió que su cuerpo fuera enterrado en Francia, a pesar de las peticiones de sus familiares. Recibió sepultura en Bruselas, pero su corazón sí viajó hasta Francia y fue enterrado en el cementerio Père Lachaise de París.